Espiritualidad y carisma

La espiritualidad del Agora Pacis implica una transformación de dentro hacia afuera, de la interioridad a la exterioridad; del fuero personal interno hacia el fuero externo; de la convicción interior hacia la acción exterior. La paz empieza por uno mismo, dice el sentido común. 


Vivir en paz es una opción. Consecuentemente, la persona se dispone a realizar un proceso de modificación, un camino para alcanzar la perfección paso a paso a partir de la experiencia personal, del dolor, las heridas, flaquezas, frustraciones... para, luego, aceptar la realidad, reconciliarse con los sucesos, personas y consigo mismo y su verdad y, desde la propia verdad, y del conocimiento de sí mismo, nos conectamos con Dios, con la verdad universal, con la verdad plena. Evagrio Póntico asevera que “si deseas conocer a Dios aprende primero a conocerte a ti mismo”. 







Agora Pacis plantea esta espiritualidad de “dentro hacia  afuera” en  los  albores del S.XXI porque, igual que en épocas pasadas, presenciamos acontecimientos y comportamientos erróneos, violentos, injustos, propuestas mundiales, sociales y personales desfavorecen el bienestar y la evolución del hombre. En medio de la adversidad, de la incongruencia, de la confusión, desde la impotencia, el ser humano acude a la misericordia de Dios para volver a su centro. En las experiencias límite aflora la necesidad de un apoyo superior infalible: Dios.