Actualmente muchas personas viven inmersas en una sociedad invasiva que atrapa y tiende a alienar y convertir al ser humano en un medio. La esencia humana tiene al ser con valor intrínseco de libertad y dignidad, perfectible pero no sujeto a manipulación atentatoria a su identidad. La aspiración a obtener plenitud implica situarse en una perspectiva reflexiva sobre cómo estamos y hacia dónde vamos. No podemos obviar entonces la creación de espacios para reencontranos, reconocer nuestros sentimientos, emociones, satisfacciones e insatisfacciones, replantearnos, soñar, fortalecer nuestras convicciones, robustecer la fe y esperanza, buscar el norte. Es bueno tomar conciencia de nuestro cuerpo, psiquis, inteligencia, espiritualidad, potencial, talentos y así los administrarlos en cabalidad.
Los medios tecnológicos están incentivando otra forma de relacionarnos, comunicarnos y establecer vínculos de amistad, pero lo virtual no puede suplir a lo presencial, es por ello urgente suscitar espacios de encuentro entre personas, por naturaleza sociables y que requerimos de un grupo para compartir temas de interés, intercambiar opiniones y crecer juntos.
La psicología afirma que los humanos tenemos necesidades básicas para sentirnos realizados, entre ellas la pertenencia a un grupo social en el que nos sintamos acogidos, aceptados en plenitud y donde se puedan exponer con confianza y autenticidad nuestras motivaciones, intereses, preferencias, tendencias en pro del bienestar común.
